El acoso escolar puede parecer un tema muy actual, pero no es así. Siempre ha existido el acoso escolar pero antes, los casos no salían a la luz. Actualmente nos estamos dando cuenta que tiene más importancia de la que se estaba dando debido a que puede tener consecuencias muy graves en los niños.
La presencia del bulling no tiene por qué detectarse solo con moratones o magulladuras, es decir, no solo puede ser físico, también puede ser verbal, psicológico o social.
Parecerá mentira, pero hacer burla o reírse de un compañero diferente, sea por el motivo que sea, es solo el principio del acoso escolar y va aumentando de manera vertiginosa. Hay que procurar frenarlo cuanto antes, y de esto nos tenemos que encargar los educadores/as y los padres.
En el momento que se aprecia el primer indicio de acoso no se puede dejar pasar, hay que actuar de manera inmediata. Tenemos que empatizar y enseñar a los niños a hacerlo, porque a un niño que le dicen "gafotas", "cuatrojos", etc., todos los días, seguramente este no lo esté pasando bien, ni le guste que le insulten y le pongan motes de ese tipo.
Uno de los países con más porcentaje de suicidio en jóvenes por acoso escolar es en Japón, ya que los profesores no se involucran para nada con los alumnos, según ellos, los problemas entre alumnos los tienen que solucionar ellos mismos. Así pasa, chicos/as no aguantan esa presión y se terminan suicidando o se encierran en sus casas provocándose agorafobia. Es indignante poder ver casos así en pleno siglo XXI.
En España el porcentaje de suicidios se ha incrementado notablemente en los últimos años, por este motivo tenemos que trabajar para evitar que esto siga así.
Por otro lado, tenemos que ser conscientes de que no solo existe el abuso y el acoso escolar, tenemos que tener mucho cuidado con las redes sociales y el internet. La tecnología es algo que nos ha beneficiado y nos ha hecho avanzar como sociedad, pero también hay que saber usarla de manera adecuada. Los jóvenes pueden darle un mal uso y esto puede llegar a tener muchas repercusiones negativas, por ello, debemos ser los adultos los que nos encarguemos de que los niños/as hagan un buen uso de él.
En conclusión, debemos enseñar a los niños desde bien pequeños que todos somos iguales independientemente del físico, tradiciones, gustos, cultura, etc. No por poseer diferente aspecto tienen el derecho a descalificar o a insultar a las personas.
La presencia del bulling no tiene por qué detectarse solo con moratones o magulladuras, es decir, no solo puede ser físico, también puede ser verbal, psicológico o social.
Parecerá mentira, pero hacer burla o reírse de un compañero diferente, sea por el motivo que sea, es solo el principio del acoso escolar y va aumentando de manera vertiginosa. Hay que procurar frenarlo cuanto antes, y de esto nos tenemos que encargar los educadores/as y los padres.
En el momento que se aprecia el primer indicio de acoso no se puede dejar pasar, hay que actuar de manera inmediata. Tenemos que empatizar y enseñar a los niños a hacerlo, porque a un niño que le dicen "gafotas", "cuatrojos", etc., todos los días, seguramente este no lo esté pasando bien, ni le guste que le insulten y le pongan motes de ese tipo.
Uno de los países con más porcentaje de suicidio en jóvenes por acoso escolar es en Japón, ya que los profesores no se involucran para nada con los alumnos, según ellos, los problemas entre alumnos los tienen que solucionar ellos mismos. Así pasa, chicos/as no aguantan esa presión y se terminan suicidando o se encierran en sus casas provocándose agorafobia. Es indignante poder ver casos así en pleno siglo XXI.
En España el porcentaje de suicidios se ha incrementado notablemente en los últimos años, por este motivo tenemos que trabajar para evitar que esto siga así.
Por otro lado, tenemos que ser conscientes de que no solo existe el abuso y el acoso escolar, tenemos que tener mucho cuidado con las redes sociales y el internet. La tecnología es algo que nos ha beneficiado y nos ha hecho avanzar como sociedad, pero también hay que saber usarla de manera adecuada. Los jóvenes pueden darle un mal uso y esto puede llegar a tener muchas repercusiones negativas, por ello, debemos ser los adultos los que nos encarguemos de que los niños/as hagan un buen uso de él.
En conclusión, debemos enseñar a los niños desde bien pequeños que todos somos iguales independientemente del físico, tradiciones, gustos, cultura, etc. No por poseer diferente aspecto tienen el derecho a descalificar o a insultar a las personas.
Como dice el refrán, "no hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti."
¡FELIZ DOMINGO!
Laura Barroso Peñas
Sí la falta de ética y sensibilidad nos embrutece y somos de esa forma testigos impasibles ante el maltrato
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